“La digitalización es imprescindible para afrontar el reto de la transición energética”

Entrevista a Pablo Carrasco Ortega, responsable de proyectos en el centro tecnológico ITG y titulado en Ingeniería Industrial por la Universidad de Vigo, además de Máster en Energías Renovables por la Universidad de Zaragoza.

En el proyecto AGERAR PLUS, ITG lidera el análisis del marco normativo, tecnológico y económico que condiciona la participación de pequeños y medianos prosumidores en redes eléctricas inteligentes, además del desarrollo de algoritmos de optimización y plataformas IoT para la gestión energética distribuida. También participa en el ensayo de estrategias de flexibilidad energética y en el diseño de soluciones avanzadas de monitorización y control. Actualmente, coordina el proyecto CEL RURAL, reconocido con el premio europeo Roger Léron a la Innovación en la Transición Energética.

 

1. En un ecosistema de innovación cada vez más maduro, tanto a nivel nacional como en Galicia, ¿cuál es el reto de ITG? ¿Y, particularmente, en el impulso al desarrollo de Comunidades Energéticas?

El principal reto es acelerar la transferencia de tecnología desde la I+D hacia soluciones innovadoras que puedan ser aplicadas tanto por el tejido empresarial como por los usuarios finales. En el ámbito energético, esto supone desarrollar herramientas avanzadas para la planificación y la gestión inteligente de sistemas basados en energías renovables. En el caso de las Comunidades Energéticas, el desafío consiste en facilitar su implantación en contextos reales mediante tecnologías accesibles, modelos de gestión replicables y soporte en la toma de decisiones.


2. ¿Cuál es el principal valor que ITG aporta al consorcio? ¿Cuáles son los principales factores que limitan actualmente un desarrollo mayor de las CEs? ¿Cómo el proyecto AGERAR PLUS contribuye a impulsar las CEs?
Aportamos un enfoque tecnológico avanzado y multidisciplinar centrado en la energía y la digitalización: desde el análisis regulatorio y el modelado energético hasta el desarrollo de plataformas IoT y algoritmos de predicción y optimización.

Actualmente, los principales frenos al desarrollo de las comunidades energéticas (CEs) son la complejidad administrativa, la falta de herramientas adaptadas a pequeños actores, una limitada cultura energética y, especialmente, la necesidad de nuevas regulaciones que faciliten y flexibilicen el intercambio de energía entre los miembros de una comunidad. A esto se suman ciertas limitaciones tecnológicas, como la escasa interoperabilidad entre dispositivos y plataformas, así como la falta de casos de estudio consolidados que sirvan de referencia para su replicación a mayor escala.

AGERAR PLUS contribuye a superar estas limitaciones fortaleciendo las capacidades de I+D en el aprovechamiento compartido de energías renovables por parte de pequeños y medianos prosumidores. Lo hace a través del desarrollo de soluciones orientadas a la gestión inteligente del almacenamiento, la demanda flexible y la integración de tecnologías digitales aplicadas al entorno energético. En concreto, el proyecto impulsa la evaluación técnica y económica de los diferentes casos de uso y modelos de negocio, el diseño y validación de algoritmos de optimización para la gestión de recursos energéticos distribuidos, el despliegue de plataformas IoT para el control y monitorización en tiempo real, así como el ensayo de estrategias de flexibilidad en bancos de prueba y entornos piloto demostrativos.

 

3. Desde el análisis del marco normativo, tecnológico y económico, ¿cuáles son las principales barreras que enfrentan hoy los pequeños y medianos prosumidores en España? ¿Y qué oportunidades cree que pueden aprovecharse?

Desde el análisis del marco normativo, tecnológico y económico, los pequeños y medianos prosumidores en España enfrentan varias barreras importantes. En primer lugar, la fragmentación y falta de claridad en la regulación dificultan la definición de responsabilidades, derechos y modelos de participación en mercados eléctricos, especialmente para esquemas avanzados como la agregación o la gestión compartida de energía. En segundo lugar, existen limitaciones tecnológicas derivadas de la falta de interoperabilidad entre dispositivos y plataformas, lo que complica la integración y el control eficiente de los activos energéticos distribuidos. Además, el acceso a herramientas digitales adaptadas a las capacidades y necesidades de estos prosumidores aún es limitado.

Sin embargo, las oportunidades son significativas. La creciente digitalización del sector energético, junto con la apertura de mercados de flexibilidad y los incentivos al autoconsumo colectivo, ofrecen un marco favorable para que estos actores puedan participar activamente en la transición energética. Con las soluciones adecuadas, los pequeños y medianos prosumidores pueden no solo mejorar su eficiencia energética y económica, sino también contribuir a la estabilidad y resiliencia del sistema eléctrico, generando valor local y social.


4. En relación con los ensayos de estrategias de flexibilidad, ¿qué tecnologías o metodologías están utilizando para evaluar su impacto?

Estamos utilizando modelos híbridos que combinan simulación en tiempo real (HIL/SIL) con datos experimentales procedentes de nuestros laboratorios y entornos piloto. En cuanto a las tecnologías evaluadas, trabajamos con sistemas fotovoltaicos, baterías, bombas de calor y almacenamiento térmico, todos ellos integrados con previsiones meteorológicas y modelos de demanda. Esto nos permite analizar y cuantificar la capacidad de respuesta flexible ante señales externas, como los precios dinámicos de la energía al mismo tiempo que aseguramos las necesidades del consumidor.

 

5. ¿Qué aspectos del proyecto están mostrando mayor potencial para mejorar la gestión energética de los prosumidores?

Uno de los aspectos del proyecto que está mostrando mayor potencial para mejorar la gestión energética de los prosumidores es el desarrollo de herramientas avanzadas que integran la predicción de generación renovable, la estimación de la demanda, la evolución de los precios energéticos y las características técnicas de los sistemas de almacenamiento. Estas herramientas permiten optimizar el funcionamiento de las baterías y otros activos, ajustando su uso para maximizar el autoconsumo o la rentabilidad de la instalación, según los objetivos específicos de cada prosumidor. De esta forma, se facilita una gestión energética más inteligente, flexible y adaptada a las necesidades reales, incrementando la eficiencia y el valor económico del sistema.

 

6. También participáis activamente en el desarrollo de la plataforma software IoT para la gestión y control de activos energéticos. ¿Qué funcionalidades destacaríais como más innovadoras o disruptivas de esta plataforma?

Nuestra plataforma destaca por su alto grado de interoperabilidad, escalabilidad y compatibilidad con herramientas de análisis predictivo y respuesta autónoma ante eventos energéticos. Integra módulos de optimización, predicción de la generación y la demanda, así como herramientas de gestión multiusuario con interfaces visuales e intuitivas. Además, es compatible con múltiples tecnologías y fabricantes, lo que resulta clave para su aplicación en entornos distribuidos y heterogéneos.

 

7. ¿Cómo se está abordando desde ITG la integración entre hardware (monitorización, comunicaciones) y software (gestión, control) para facilitar una respuesta distribuida y flexible por parte de los prosumidores?

Hemos desarrollado una arquitectura modular que combina sensores IoT con pasarelas de comunicación seguras y una capa software basada en estándares abiertos. Esto permite que los activos de los prosumidores se integren fácilmente en plataformas de gestión energética, facilitando la interoperabilidad, la escalabilidad y el control en tiempo real. Además, esta arquitectura está diseñada para adaptarse a diferentes configuraciones tecnológicas y casos de uso, lo que la hace especialmente útil en entornos distribuidos como comunidades energéticas o redes inteligentes.

 

8. ITG coordina el proyecto CEL RURAL, recientemente galardonado con el Premio Roger Léron a la Innovación. ¿Qué aprendizajes o sinergias estáis trasladando de CEL RURAL a AGERAR PLUS?

AGERAR PLUS y CEL RURAL son proyectos complementarios que se desarrollan en paralelo y se retroalimentan: mientras CEL RURAL se centra en el diseño y acompañamiento técnico de comunidades energéticas rurales, AGERAR PLUS avanza en el desarrollo de herramientas digitales y modelos de gestión para prosumidores. Las experiencias prácticas de CEL RURAL aportan datos y casos reales que orientan la I+D de AGERAR PLUS, cuyos desarrollos, a su vez, mejoran la eficiencia y replicabilidad de las soluciones implementadas en CEL RURAL.

 

9. Desde vuestra experiencia, ¿cómo valoráis el papel de la digitalización en la transición energética, especialmente en entornos rurales o semirrurales?

La digitalización es imprescindible para afrontar el reto de la transición energética. Permite mejorar la gestión de los recursos energéticos, automatizar la operación de forma eficiente y generar información clave para la toma de decisiones. En entornos rurales, además, es un vector de cohesión territorial y desarrollo económico, al facilitar nuevas formas de participación y empleo en el ámbito energético.

 

10. Por último, ¿qué impacto esperáis que tenga AGERAR PLUS en la evolución de las comunidades energéticas en España y Europa? ¿Cuál sería para vosotros un indicador claro de éxito del proyecto?

Esperamos que los estudios y herramientas desarrollados en el proyecto faciliten la integración de los prosumidores en redes eléctricas inteligentes. Las herramientas desarrolladas —plataformas de gestión, algoritmos de optimización, soluciones de monitorización y control— están pensadas para que los prosumidores puedan operar de forma más eficiente, ya sea individualmente o dentro de modelos colectivos como las comunidades energéticas.

Un indicador claro de éxito sería que las investigaciones y soluciones desarrolladas fuesen transferidas a empresas y organizaciones responsables de la promoción y gestión de las instalaciones energéticas asociadas a los prosumidores de energías renovables.